Han pasado 100 años desde la fundación de una escuela única: la Bauhaus. Tras los trastornos de la Primera Guerra Mundial, los modernistas europeos y los revolucionarios del pensamiento artístico decidieron unirse a las fuerzas de los artesanos y artistas, dando un nuevo rumbo al desarrollo de las bellas artes. Les gustaría el arte, la belleza que conlleva, los valores estéticos y las impresiones que evoca para encontrar portadores en el uso diario. Así, los estudiantes transfirieron su sensibilidad no solo al papel y al lienzo, sino también a formas de vidrio, metal, madera, y convirtieron los objetos ordinarios en extraordinarios.
Los productos, objetos, artículos, trabajos creados en la escuela Bauhaus debían ser simples, funcional, hermoso, moderno. Con el tiempo, estas suposiciones fueron hechas por pensamientos sobre la tecnología de fabricación, de modo que, siguiendo el espíritu de la época, pudiera traducir sus habilidades al lenguaje de las máquinas. Los productos debían producirse en masa.
Fue la Bauhaus y el modernismo más ampliamente entendido lo que se volvió hacia el usuario burgués común. No solo los ayuntamientos y palacios, sino cada casa, parque y urbanización era un destino para el arte. La modernidad debía ser intuitiva, ergonómica, cómoda, agradable y hermosa.
Hoy, echemos un vistazo a cómo era el interior, especialmente la cocina de la CASA FARNSWORTH, diseñada por el maestro de la Bauhaus - Ludwig Mies van der Rohe, y el prototipo de la casa, la perla de la Bauhaus de Weimer - Hause am Horn.
fuente: archdaily - haus am horn
fuente: https://readcereal.com/reflective-vessel/
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